La historia
que voy a contar le pasó a mi padre cuando era jovencito.
Tenía 19
años y vivía en Francia, en una casa bastante grande que estaba a las afueras,
rodeada de campo.
Mi padre
tenía dos hermanas más pequeñas, la más pequeña de los tres tenía 6 años y
solía subir a jugar a la buhardilla con las muñecas.
Un día
empezó a decirle a mi padre que cuando subía a jugar siempre oía ruidos, como
si tirasen algo redondo y rodase por el suelo, pero que luego nunca veía nada.
Mi padre le quitaba importancia puesto que pensaba que eran las típicas
imaginaciones de una niña, pero mi tía insistía en que se oían ruidos sin verse
nada.
Mi padre se
lo contó a mi abuelo y viendo que mi tía dejó de subir allí a jugar decidieron
comprobar un día si era cierto que se oían esos ruidos extraños.
Subieron
arriba, se colocaron uno a cada lado de la buhardilla con una linterna cada uno
y todo apagado y si oían algo encender las linternas para ver si verdaderamente
había algo allí que provocase los ruidos. Permanecieron un buen rato allí
parados esperando, y de repente, verdaderamente se empezaron a oír ruidos como
los que había mencionado mi tía. Un sonido como si tirasen una nuez desde
arriba del todo y cayese rodando por el suelo, y en ese momento encendieron las
linternas pero no consiguieron ver nada, de manera que las apagaron y esperaron
otra vez pensando que habían llegando tarde a encenderlas y que sería alguna
rata o algún animal que se había colado.
Estuvieron
así un buen rato sin conseguir ver nada, oyendo los ruidos que cada vez eran
más frecuentes. Al final desistieron y bajaron. La historia quedó ahí, pasaron
varios días y uno de ellos le dijo mi abuelo a mi padre que tenía que bajar al
pozo a por agua, le agarró mi abuelo con cuerda (ya que no podía coger el agua
de otra manera) y le bajó abajo.
Estaba
bastante oscuro y mi padre un poco asustado, pero tenía que bajar. Así que
bajó, se desató y empezó a subirle cubos de agua a mi abuelo, hasta que sintió
cómo una presencia detrás de él le respiraba cerca. Mi padre se giró
rápidamente para ver si veía algo y oyó cómo unas voces suplicaban que
desapareciesen de allí, que no pretendían hacerles daño, pero que ésa era su
casa y habían muerto allí y no se iban a ir. Mi padre se quedó blanco
gritándole a mi vuelo que por favor le subiese mientras comenzó a ver dos
personas que se aparecían mientras le suplicaban que se alejaran de allí. Mi
abuelo subió a mi padre, que estaba pálido y temblando y con la voz encontrada
le explicó que los famosos ruidos de la buhardilla eran de estas almas que se
le habían aparecido y que tenían que desaparecer de allí cuando antes.
En cuanto
pudieron se marcharon y la dejaron vacía como ellos pidieron. Mi padre me contó
esta historia hace ya muchos años, yo al principio no me creía que estas cosas
pudieran ser ciertas, pero creo que mi padre no me mentiría en algo así y nunca
olvidará esas almas que se le aparecieron para cumplir un deseo y descansar en
paz.
madre.. que historia se me ha puesto la piel de gallina
ResponderEliminarQUÉ MIEDO...
ResponderEliminaryo tambien me hubiese ido la verdad, pero bueno, por lo menos fueron capaces de avisar y no les hicieron nada.
ResponderEliminarme pasa eso a mí y me muero
ResponderEliminarque miedo por dios, yo salgo echando humo de esa casa
ResponderEliminarpuff, pedazo de historia me ha encantado con la piel de gallinaaaaa, muy buena¡¡¡¡
ResponderEliminarque miedo, yo salgo de allí que no me da tiempo ni a abrir una puerta jajajaja
ResponderEliminarme muero si me pasa, la parte buena es que le dijeron que no le iban ha hacer daño..
ResponderEliminarYo me quedo loco si me pasa eso
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