Aquellos individuos cuyo excesivo apego a los animales les acarrea consecuencias negativas para ellas mismas o para sus seres queridos sufren un trastorno que se conoce como petofilia. Es una muestra cada vez más frecuente de la intensa relación que llegan a tener los humanos con las mascotas. Como los miles de fotos y vídeos que inundan las redes sociales de gatos, perros y otras mascotas. Hay quienes caen en la petofilia decepcionados por sus congéneres y deciden refugiarse en el amor incondicional y sin problemas que solo pueden ofrecerles sus mascotas. En otras ocasiones, el vínculo se crea por la sensación de protección que proporcionan, por ejemplo, los perros.
Debemos saber que, como cualquier lazo sentimental, el cariño a los animales pasa a ser un problema cuando se convierte en adicción. Lo que se evalúa a la hora de distinguir una relación insana no son las conductas concretas como gastar mucho dinero, tratarlos como humanos o colmarlos de caprichos. Nos hallamos ante un caso de petofilia si el afectado solo siente satisfacción cuando tiene contacto con seres irracionales y se aísla de su entorno, si limita completamente su forma de vivir o si el individuo enganchado a este vínculo anómalo quiere desligarse de él pero se siente incapaz de hacerlo.
Por supuesto que no es malo ni patológico querer a un animal, cuidarlo y mimarlo, pero convertirles en personas es robarles su verdadera naturaleza y faltarles al respeto.
Yo siento un gran amor por mis animales, son lo más bueno que hay. Y yo además soy muy animalista, pero si estoy deacuerdo. Todo en sus debidas proporciones!
ResponderEliminarno tenía ni idea de ésto, vamos ni siquiera me sonaba el nombre
ResponderEliminarque interesante¡¡¡¡¡ no tenia ni idea
ResponderEliminara mi me encantan los animales, pero no hay que coger obsesión!!
ResponderEliminarme encantan los animales!!! incluso más que las personas!!!!! aunque estoy de acuerdo en que no podemos tratarlos como humanos!!!!
ResponderEliminaryo siento mucho amor por ellos, pero no tenemos que pasarnossss
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, hay que quererlos pero siempre respetando su instinto animal¡¡¡¡
ResponderEliminarCasi todos los extremos con los sentimientos dan lugar a una filia, y es cierto que en cuanto a los perro por ejemplo ha sido un cambio brutal en el trato (cosa que yo he hecho y me alegro) siempre que no sea un sustituto de nada ni sea obsesivo, los extremos nunca fueron buenos.. Gracias por la info
ResponderEliminarMUY DE ACUERDO CON EL ARTICULO, SIEMPRE ENSEÑANDOLOS SUS LIMITES.
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